viernes, 30 de enero de 2009

El nogal ( Junglans regia )


Nuestros antepasados asociaban la renovación de la vida y la superación de la muerte particularmente con el avellano. Sin embargo, cuando los romanos trajeron un "fruto seco extraño " de mayor tamaño que la avellana, las creencias populares transfirieron muchos de sus significados a la nuez.

En el nogal nos encontramos nuevamente con una planta en cuyo simbolismo se pone de manifiesto la entretejedura de la vida y la muerte. En los tiempos que los hombres eran mas clarividentes, la nuez estaba rodeada de numerosos tabús y formaba parte de ritos y ceremonias. Hay un algo inquietante, un algo oscuro en el aura del nogal. En Oriente se lo considera un árbol de los difuntos que se planta en los cementerios. En el norte de Europa, en cambio, se suele plantar cuando nace un niño.
En los países meridionales, sus habitantes colocan ramas de nogal bajo sus ventanas, para protegerse contra los hechizos de las brujas. También llevan colgada una nuez para defenderse contra el mal de ojo.

Este árbol proporciona el mitridato, antídoto universal contra todo tipo de envenenamientos, desde las mordeduras de perros rabiosos hasta picaduras de escorpiones. Esto al menos es lo que creían los romanos ya que, según dicen, entre los tesoros de Mitrídates, rey del Ponto y el mayor experto en venenos de la Antiguedad, se encontró la siguiente receta: una mezcla de nueces secas, higos, hojas de ruda, enebro y sal.

Naturalmente la nuez es parte integrante de las costumbres relacionadas con el amor y las bodas, el abandono de la casa paterna y la época de la soltería. En relación a esto, el nogal también hacía posible echar una mirada al futuro. Durante la recogida de las nueces las chicas arrojaban un palo al árbol; si éste quedaba colgado en las ramas ello era señal de que pronto se casarían. Los enamorados echaban nueces en los hogares: si éstas explotaban ruidosamente a ellos les sucedería lo mismo. Sin embargo, si se quemaban sin estallar les esperaba un matrimonio feliz.
En la antigua Roma el novio tiraba nueces a la multitud en señal de su renuncia a otros amoríos y aventuras eróticas. Actualmente en Italia la gente sigue arrojándole nueces, además de granos de arroz, a la pareja de recién casados.-

sábado, 17 de enero de 2009

Manzano silvestre.


Los restos carbonizados de manzano silvestre encontrados en las excavaciones de aldeas lacustres del neolítico muestran que el mananzano silvestre viene siendo utilizado desde hace mucho tiempo en nuestro ciclo cultural.

Los antiguos persas, llamados por el espíritu de Zarathustra a ennoblecer la civilización caída y limpiarla de influencias demoníacas, se encargaron de convertir el máximo número posible de plantas silvestres en plantas de cultivo. Gracias a ellos la humanidad conoce ahora el manzano de cultivo. A través de los persas lo conocieron los romanos que a su vez, lo llevaron al norte de Europa. Apesar de las ventajas que ofrecía esta fabulosa manzana de mesa, los celtas y germanos conservaron su propio nombre de la fruta( germano,apful; celta, aval ) sin adoptar la voz latina. Consideraban sagrado al manzano: era el símbolo de la inmortalidad, de la perfección y la pureza y sus flores eran el signo del amor y la fertiliudad. Junto con el roble, el abedul, el aliso, el sauce, el acebo y el avellano, el manzano era uno de los siete árboles mas sagrados del bosque de los druidas.

El manzano silvestre crece en los claros del bosque desde Noruega hasta el Cáucaso. En primavera ofrece abundante néctar a las abejas y en otoño sabrosos manjares al venado. Debido a que los compañeros de la diosa del bosque, los jabalíes, ciervos y corzos gustan de reposar bajo los manzanos silvestres, el árbol era relacionado con la gran diosa. La diosa Blanca se les aparecía a los celtas bajo las ramas del árbol en forma de cierva blanca. Este motivo se conservó hasta la Edad Media. Se la recuerda como a una casta virgen sentada bajo un manzano en floración en cuyo regazo descansa la cabeza de un unicornio blanco.

En la leyenda nórdica es la diosa Iduna quien guarda las manzanas de oro de la juventud eterna. En la leyenda griega, el árbol de las manzanas de oro era guardado en el extremo occidental del mundo por las Hespérides, las hijas de la noche, con la ayuda de un dragón.
Los hebreos y egipcios no conocían la manzana y sin embargo, este motivo indoeuropeo de la diosa que guarda las manzanas de la vida en el jardín del paraíso entró a formar parte del mito biblíco de la creación.

viernes, 9 de enero de 2009

El ciprés.


Orgullo y gala del jardín florido,
opulento en aromas y colores
descuella entre los árboles menores
el ciprés melancólico y erguido.

Puebla, al ser por la brisa estremecido,
el perfumado ambiente de rumores,
y cobija de alegres ruiseñores
en cada rama tembladora un nido.

Y en la tierra al hundir la firme planta,
símbolo fiel del infinito anhelo
que el espíritu eleva y agiganta.

Solo y altivo, despreciando el suelo,
su copa gallardísima levanta
hacia el azul y transparente cielo.


Manuel de Sandoval