Plantación irresponsable S.O.S. Amazonia !!!

¿ Sabías qué, la soja de la Amazonia acaba siendo exportada para la alimentación de ganado qué acaba sirviendo de alimento en cadenas de comidas rápidas y supermercados?
Por otro lado, se ha demostrado qué la deforestación para obtener cosechas cómo la soja no traduce en un desarrollo significativo de los habitantes de la Amazonia brasileña, si no qué lleva al desplazamiento de comunidades y contaminación de tierras y ríos.
La devastación de la biodiversidad es IRREVERSIBLE. El impacto de la deforestación tampoco termina en los límites de la Amazonia.

S. O.S. Amazonia !!!

El Amazonas alberga el 30 % de la diversidad biologica terrestre y esta riqueza está amenazada por actividades como la explotación maderera, la construcción de carreteras, los incendios el clareo y roturación de la selva para la ganadería y la agricultura, principalmente el cultivo de soja.
La deforestación y los incendios en el Amazonas son las principales fuentes de emisiones de CO2 en
Brasil, contribuyendo de este modo al cambio climático que a su vez aumenta el número de incendios.
El 3 de Junio de 2008 ,el INPE, la Agencia Especial Brasileña, mostró que la deforestación de la
Amazonia se había alcanzado a los 1.423 Km2 en Abril de 2008, cuando en Marzo de 2008 fueron tan sólo 145 Km2.
Debido a la cantidad de nubes por éstos abusos puede haber dificultades en el monitoreo de los satélites del INPE.
Más del 70% de la deforestación ha tenido lugar en Mato Grosso, el mayor Estado productor de soja del Brasil.

EL TALA.

Es de la flora indígena; con sus ramas abraza
una porción pequeña; forma como una tienda,
en donde las espinas se cierran en coraza,
para que dentro duerma tranquila la leyenda.


Vive solo, en las piedras, no necesita apoyo;
es primitivo en todo como la vieja raza.
Cuando se llega al monte a lamer el arroyo,
es por cerrar un vado o herir a quien lo pasa.


Tiene una historia simple; un indio en la hora mala,
sin armas, indefenso, a la sombra de un tala
pensaba en su derrota... en su rabia impotente...


en el jaguar triunfante... en la tienda deshecha...
y una rama de tala se dobló buenamente,
formando el primer arco que disparó una flecha.


Lorenzo Laborde ( 1892-1945)

Leyenda del Ceibo y el Churrinche

Cuenta esta leyenda que la primera joven charrúa que cayó defendiendo este suelo contra los bandeirantes, crueles cazadores de esclavos, fué enterrada en la ladera de un cerro, cerca de un caudaloso río, junto a un monte lleno de pájaros.
El joven que la amaba se mantuvo en ayunas en ese lugar por varios días, junto a la tumba.
Los bandeirantes volvieron atacar ferozmente la ladera de aquel cerro, donde cayó herido de muerte el joven enamorado.
Los ancianos lo enterraron junto con su amada. Dos montículos de piedras quedaron como testigo de aquella primera ofrenda de sangre.
Al tiempo, el cuerpo de la indiecita charrúa brotó desde la tierra, convertido en ceibo de flores rojas.
En sus ramas, la tribu, vío posado un pájaro de plumaje rojo vigilando el horizonte. Y todos supieron que era el corazón del joven. El corazón se había puesto alas para recordar a su pueblo que no debía aceptar jamás la esclavitud.
La muchacha es ahora ceibo rojo, el muchacho pájaro libre, rojo churrinche libertario.

El arbor inversa

El motivo del árbol invertido, "el arbor inversa ", aparece en los rituales y mitos de numerosos pueblos. Así, los pueblos chamánicos cómo los lapones, siberianos y aborígenes australianos, plantan un árbol con la copa dirigida al suelo y las raíces expuestas al aire y lo embardunan de sangre: es el hombre primitivo, eje del universo y puente hacia el mundo espiritual. El árbol islámico de la suerte también echa sus raíces en el cielo, cómo el Sefirot cabalístico que simboliza al Adán primitivo de sexo masculino y femenino. El árbol universal de Dante también tiene sus raíces en el cielo y absorbe el agua de fuentes eternas ; sus ramas son las esferas, sus frutos los planetas y estrellas. El Bhagavad Gita habla del árbol Aswattha qué tiene sus raíces en el cielo y cuyas hojas producen la verdad.