sábado, 25 de octubre de 2008

El guayacán


Andaba en busca de agua una muchacha del pueblo de los nivakle, cuando se encontró con un árbol fornido, Nasuk, el guayacán, y se sintió llamada.
Se abrazó a su firme tronco, apretándose con todo el cuerpo, y clavó sus uñas en la corteza. El árbol sangró. Al despedirse, ella dijo:
-¡ Cómo quisiera, Nasuk, que fueras hombre !
Y el guayacán se hizo hombre y fue a buscarla. Cuando la encontró, le mostró la espalda arañada y se tendió a su lado.

Fuente: Las culturas condenadas.
Augusto Roa Bastos.

sábado, 18 de octubre de 2008

La Yerba Mate



La luna se moría de ganas de pisar la tierra. Quería probar las frutas y bañarse en algún río.
Gracias a las nubes, pudo bajar. Desde la puesta del sol hasta el alba, las nubes cubrieron el cielo para que nadie advirtiera que la luna faltaba.
Fue una maravilla la noche en la tierra. La luna paseó por la selva del alto Paraná conoció misteriosos aromas y sabores y nadó largamente en el río. Un viejo labrador la salvó dos veces.
Cuando el jaguar iba a clavar sus dientes en el cuello de la luna, el viejo degolló a la fiera con su cuchillo; y cuando la luna tuvo hambre, la llevó a su casa. " Te ofrecemos nuestra pobreza " dijo la mujer del labrador, y le dio unas tortillas de maíz.
A la noche siguiente, desde el cielo, la luna se asomó a la casa de sus amigos. El viejo labrador había construído su choza en un claro de la selva, muy lejos de las aldeas. Allí vivía, como en un exilio, con su mujer y su hija.
La luna descubrío que en aquella casa no quedaba nada que comer. Para ella habían sido las últimas tortillas de maíz, entonces iluminó el lugar con la mejor de sus luces y pidió a las nubes que dejasen caer, alrededor de la choza, una llovizna muy especial.
Al amanecer, en esa tierra habían brotado unos árboles desconocidos. Entre el verde oscuro de las hojas, asomaban las flores blancas.
Jamás murío la hija del viejo labrador. Ella es dueña de la yerba mate y anda por el mundo ofreciéndola a los demás. La yerba mate despierta a los dormidos, corrige a los haraganes y hace hermanas a las gentes que no se conocen.

domingo, 12 de octubre de 2008

La fuente que quiso ser árbol.

Parque de la Concordia. Guadalajara.

Boomp3.com

sábado, 4 de octubre de 2008

Y Dios repartío sus dones a los árboles...




Dios repartía sus dones a los árboles y éstos se adelantaban a elegir tributos y belleza.

Yo quiero ser fuerte.
-dijo el Ñandubay, y mas duro que la piedra, mas resistente que el hierro. -Mi ideal es ser saludable, dijo la Anacahuita- y lo consiguío.

Al Jacarandá se le concedió esa agilidad de verso temblante, lírica en la primavera cuando luce su penacho lila maravilloso.

El Laurel reclamó hojas oscuras y lustrosas. El Espinillo, se adornó con sus áureos pompones perfumados. La Pitanga y el Guabiyú, pidieron azucarados frutos.

El Ceibo se decoró de hermosas flores rojas. El Tala quiso rudeza india de nudos y espinas.
El Sauce llorón poesía...La Aruera, un poder misterioso para castigar a los inciviles que no le rindieran homenaje... Y las Tacuaras esbeltas y musicales, solicitaron ser útiles para las picanas de trabajo y para arrancar una sonrisa de júbilo a los niños como armazón de la luminosa cometa.

- ¿Qué te puedo ofrecer, pobre Ombú?
- Sombra para el descanso de los hombres.
- Todos la poseen.
- Corpulencia, para ser un índice en la vastedad de la llanura, para que el gaucho desde la lejanía sienta la emoción del hogar tibio que lo espera...

Fuente : Apólogos y cuentos criollos.